China y los desvaríos de sus series bélicas antijaponesas

Todo país que se precie tiene por lo menos un tópico televisivo tan amado como odiado por la audiencia. En Estados Unidos están los realities, en España el fútbol y en China… Bueno, en China están las series bélicas antijaponesas.

Cualquiera que haya pasado un tiempo familiarizándose con los canales del gigante asiático sabe de lo que hablo. Al margen de la hora a la que se encienda la caja tonta, basta zappear un ratito para encontrarse con alguna escena de la Segunda Guerra Sino-japonesa. ¡Y menudas escenas!

Para que veáis que no exagero, según un artículo de la revista Southern Weekly, en el periodo entre 1949 y 2014 se produjeron más de 150 series de temática antijaponesa en China, lo que equivale a una media de 3 por año. Sin embargo, solo en el año 2005 se produjeron y emitieron más de 20, y en el año 2012 ese número creció hasta 70, logrando que más de un tercio de todas las series que se estaban emitiendo tratasen sobre lo malos que fueron los japoneses.

Desde luego, está claro que el Ejército Japonés se pasó cuatro pueblos con las burradas cometidas durante la ocupación, y mis lectores saben que siempre apoyo a los chinos en su denuncia de tan horrendos crímenes de guerra, pero está bastante claro que el tema de las series antijaponesas se les está yendo de las manos. Es más, los propios internautas chinos llevan ya unos años cachondeándose de sus ridiculeces casi tanto como lo hacíamos nosotros con la inolvidable Ana y los Siete, y ya es decir.

Simplemente se han pasado flipando en plan épico-fantástico con la guerra contra sus vecinos, y lo gracioso es que se ha tenido que echar a reír medio país para que la censura acudiese con la tijera. De hecho, no pocos se quejaron de la rapidez con la que se eliminan los entretetos y la violencia hollywoodiense, y de la sospechosa falta de reflejos hacia las escenas de japoneses triturados sin piedad en pleno horario infantil.

A decir verdad, tanto en China como en muchos otros países, buena parte de la conducta de los censores es puro reflejo de las audiencias, esas mismas que en España rebuznaban ante ciertos dibujos animados y no decían ni mu frente a la tortura de toros en vivo y en directo.

Sin embargo, también es cierto que el gobierno chino promovió la producción y emisión de series de temática revolucionaria-patriótica a medida que se acercaba el 90 aniversario del Partido (2011), y es probable que entre ellas se colase alguna que otra ida de olla antijaponesa. ¿Qué le vamos a hacer?

En cualquier caso, algunas de estas series ya se han convertido en leyenda gracias a sus imaginativas y desternillantes escenas, muchas de las cuales disfrazan la inferioridad armamentística de China con auténticas sobredosis de Kung Fu y poderes que harían cagarse de miedo a Son Goku.

“Si tan alucinantes eran nuestros soldados, ¿cómo es que tardamos tantos años en expulsar a los japoneses”, se pregunta un avispado internauta. No obstante, reconocidos directores como Tarantino también han mezclado historia y ficción en sus vengativos relatos sobre nazis y esclavistas, y nadie se escandaliza porque todos coincidimos en que aquellos eran unos malos malísimos. Aunque, a decir verdad, el Emperador Hiroito se fue de rositas tras sus masacres fascistas. ¿Es posible que hechos como este tengan algo que ver en el asunto?

Fuera como fuese, esperemos que los japoneses se tomen el asunto con humor y entiendan que estas series no son más que una mala terapia para los chinos a los que les sigue doliendo Nanjing. No hace falta más que echar un vistazo al vídeo que os he preparado para darnos cuenta de que esto no puede ir muy en serio.

7 comentarios en “China y los desvaríos de sus series bélicas antijaponesas”

  1. Visitar el museo de la guerra de Nanjing es algo que deberían incluir todos los tours. Incluye apuestas a velocidad en cortar cabezas, por ejemplo. Todo ésto en 1937. Anteayer.

    Yo, que soy un enamorado de estas partes oscuras de la Historia, recomiendo también el memorial de Harbin, donde se pueden ver los laboratorios de experimentación humana de los japos en el norte de China durante la guerra. Los odian, y tienen sus motivos. ¿O no?

    Hay que perdonar, cerrar heridas, blao blao blao. Todo ese discurso del perdón, la culpa, el arrepentimiento… es judeo-cristiano, no sirve allí. La venganza puede y suele ser parte de la lealtad, y la lealtad es una virtud principal. Complicado de explicar, hay que haber mamado aquel esquema de valores.

  2. En EEUU el 100×100 de las series son anti soviéticas, 25 años después de que la URSS no exista…. ahora son malos los rusos…

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