Shenzhen: el Silicon Valley del hardware

shenzhen-vista-2

Hace un par de días asistí desde mi ordenador a una nueva edición del interminable debate de si el modelo económico de China tiene más de capitalismo que de comunismo. Tengo que admitir que me encantan este tipo de discusiones y disfruté mucho leyendo y analizando los argumentos de los usuarios del foro en cuestión. Sin embargo, me parece que hablamos de un tema que, muy a menudo, tiende a perderse en los ideales de lo que nos parece que pretendían Adam Smith y Carlos Marx.

Al fin y al cabo, es prácticamente imposible que el liberalismo económico o el comunismo desciendan al reino de los hombres, ya que ambas constituyen construcciones teóricas mucho más simples de lo que lo es la realidad en que vivimos, y cualquier intento de conquistarlos promete llegar acompañado de una buena carretilla de problemas inesperados.

Por eso, en mi humilde opinión, creo que es más interesante y esclarecedor estudiar las experiencias que han llevado a China a situarse en el corazón de este gran debate ideológico y científico (sí, los sociólogos intentamos hacer ciencia de ello), y por casualidades de la vida, hoy un amigo me ha hecho llegar el documental perfecto para intentar enfocar este problema con los pies sobre la tierra.

El documental del que hablo no es otro que el que da título a este post y se trata del primer capítulo de una nueva serie producida por Wired (lo siento, de momento no hay subtítulos en español). El vídeo forma parte de una línea de publicaciones en torno a las ciudades del futuro y la tecnología, y aunque soy un patán en el tema, me ha encantado porque creo que es la primera vez que me encuentro con una explicación sobre el “milagro chino” basada en la ley de Moore.

Para los que no la conozcáis, Shenzhen fue la primera “zona económica especial” de China, es decir, fue uno de los primeros sitios en los que el gobierno chino comenzó a experimentar con algunas de las reformas económicas de Deng Xiaoping.

Por cierto, os podéis imaginar lo difícil que fue para Deng defender la apertura a la economía de mercado en un país que apenas había salido de los excesos de la Revolución Cultural. No obstante, el Partido Comunista de China es una organización bastante más plural de lo que muchos imaginan, y no solo se mueve entre los ejes ideológicos del comunismo y el capitalismo, sino que además bebe de otras corrientes de pensamiento, como el nacionalismo, el conservadurismo moral (en clave más o menos confuciana) el secularismo o el pragmatismo.

Además, el pensamiento y los dilemas chinos van bastante más allá de los ismos importados de Occidente, y reducir el por qué de sus decisiones económicas al juego entre izquierdas y derechas implica ignorar el papel que podrían estar jugando las ideas heredadas de Confucio, Lao Tsé o Sun Tzu, con su ineludible arte de la guerra.

De hecho, aun con su particular cosmología y su aura de ritualismo, la idiosincrasia del Imperio Chino se apoyaba sobre una racionalidad pragmática orientada esencialmente a asegurar buenas cosechas. Por eso, por muy “hijo del cielo” que fuese, si el emperador no era capaz de propiciar la prosperidad, ya fuese por torpeza o por su comportamiento moral (véase cosmología correlativa), el pueblo tenía todo el derecho a rebelarse contra él.

Así pues, no es de extrañar que buena parte del partido y del propio país coincidiese con planteamientos como el expresado por el propio Deng con aquello de “no importa que el gato sea blanco o negro; mientras pueda cazar ratones, es un buen gato”.

A lo mejor lo que ocurre es que el gobierno chino ha retomado la senda de aquella “legitimidad técnica” puesta a prueba por diversas dinastías, y lo que busca es ganarse el apoyo del pueblo a cambio no ya de buenas cosechas, sino de un apartamento, un coche y vacaciones en Tailandia. Pero para eso hace falta algo más efectivo que los sacrificios y las ofrendas rituales, y para los chinos de nuestros días ese algo es, indudablemente, ciencia y tecnología.

Fuera como fuese, el último giro en la política económica comenzó a dar sus primeros pasos a principios de los 80, cuando Shenzhen era poco más que un pueblo de pescadores, aunque hoy es una metrópoli que ya supera los 10 millones de habitantes y que podría convertirse en la nueva meca de las revoluciones tecnológicas con iniciativas como la del acelerador de hardware.

En resumidas cuentas: lo que comenzó como una decisión estatal de un país empobrecido se materializó con la entrada de capital y tecnología extranjera y ha dado lugar a uno de los lugares más prometedores para ingeniar y construir las máquinas con las que conviviremos en los próximos años o décadas. Que esto se lo debamos a la economía planificada o a la de mercado es una cuestión irrelevante para el PCCh y para los chinos. Lo importante para ellos es que la idea ha funcionado y que está funcionando en su país.

16 comentarios en “Shenzhen: el Silicon Valley del hardware”

  1. Aquí otro navarrico trasplantado a la otra punta del mundo que lee con fruición tu fantástico blog.

    Vivo en Vancouver ciudad, Canadá, donde la población china es alta, mas del 30% (en Richmond, justo al lado, representan el 55%) y con una clara presencia a todos los niveles, sobre todo el financiero. Muchas grandes fortunas chinas han movido aquí su capital para salvaguardarlo de posibles ‘caprichos’ del gobierno chino, sobre todo las provenientes de Hong Kong desde que tubo que volver al redil.

    Esto esta creando algunos problemas y el mas destacado es el del mercado inmobiliario que es donde principalmente invierten. Aquí ya no hay quien alquile, y mucho menos compre, una casa. En pocos años esto sera un ecosistema con dos tipos de elementos, abueletes millonarios chinos en geriátricos de lujo y jovencitos en sus Lamborghinis yendo al instituto viviendo en mansiones de entre 8 y 30 millones de dolares.

    Al grano que me pierdo. En esa idiosincrasia tan particular que describes, donde lo que importa es propiciar prosperidad, ¿cómo encaja que la prosperidad sea para unos pocos? ¿en qué porcentaje llega al pueblo llano? ¿Esta el gobierno haciendo la vista gorda con los evasores porque están tambien en el ajo?

    Disculpa tanta pregunta pero el tema es de lo mas curioso desde este lado del Pacífico.

    1. ¡Muchas gracias Ani!

      Curioso y desconcertante lo que comentas sobre los chinos migrados a Canadá. Me consta que en los últimos años, sobre todo desde que Xi Jinping comenzase su cruzada contra la corrupción, muchos chinos montados en el yuan han tratado de salir del país o, por lo menos, sacar sus dineros. Hace poco en España han acusado al banco chino ICBC de blanquear dinero, y cuando salieron los “Chinaleaks” ya se vio que parte de la élite del Partido Comunista de China guardaba grandes fortunas en paraísos fiscales.

      Lo que ocurre de momento es que el gobierno silencia los escándalos de los más altos gobernantes y echa unas cuantas cabezas a rodar para que la ciudadanía sienta que se hace “justicia”. Es más, desde hace poco, si algún oficial roba más de 3 millones de yuanes le cae la pena de muerte.

      La verdad es que el Estado ha perdido muchísimo dinero con la corrupción, y parte de su PIB está tan hueco como las paredes de los edificios construidos en plena burbuja. Por eso hay mucha gente contenta con la dureza y el alcance de las medidas tomadas, aunque algunos sospechan que en realidad la caza de brujas se ha dirigido solo contra aquellos cabecillas que no formaban parte de la red de apoyos de Xi Jinping.

      En cuanto al nivel de prosperidad general, yo creo que la gran mayoría de los chinos sí tienen la sensación de que sus condiciones de vida han mejorado, y se sienten inmersos en un sistema económico más potente que los de sus vecinos del sur y del oeste. Por supuesto, todavía queda una gran parte del país por desarrollar, pero las reformas de los 80 abrieron un camino que ha reducido a los más necesitados en cientos de millones, y ese es un hecho todavía muy presente en la memoria y en el día a día de los chinos.

      1. Muchas gracias por la informacion que das. Con lo descomunal que es China (y su particular cultura) pensar en parametros europeos o americanos no acaba de funcionar pero me alegra que la prosperidad, pese a todo, este llegando tambien a la gente fuera del aparato. Espero que sea mas que una sensacion lo que tienen 🙂

        No se lo que el gobierno chino hace de veras o simula hacer pero aqui la sensacion es que la afluencia de fortunas chinas es inagotable. Esta empezando tambien en otrras zonas como California.

        Este articulo es del 2014 pero te da una idea de como estan las cosas en Vancouver (el resto de Canada es muy diferente) http://news.nationalpost.com/news/canada/vancouver-being-transformed-by-new-wave-of-brash-rich-asians-looking-for-safe-place-to-park-their-cash Y la cosa no para de ir a peor. La vivienda se espera que suba casi un 25% este año y el año pasado ya subio un 20%.

        El tema da para un par de PhDs.
        Saludos

    2. Muy cierto lo que dice, vivo en Venezuela y tengo una prima y un tío que viven en Vancouver y me han dicho que de unos años para acá una casa que podría costear 700 mil ahora esta en un millón y medio todo por la cantidad de chinos que están llegando a comprar casas.

  2. Yo esta en contacto con una chica que se dedicaba a trabajar en bancos y según me contó hay bancos que con el fin de ahorrar en empleados, ahora colocan un gran monitor y cuando quieres hacer alguna actividad te atiende el personal a través de la pantalla ( es decir no hay empleados solo una maquina que te atiende)

    ¿Conoces algo sobre este tema?

  3. Pingback: Huawei 2020

Deja un comentario