Indignación en China ante oficiales pillados con sus “queridas”

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Ya lo cantaba Serrat, el mundo está del revés, y los revuelos que se han formado en China por los lios de faldas de sus gobernantes parecen ser una nueva muestra de ello.

En un país cuya ideología hegemónica aboga por un justo reparto de la riqueza, la corrupción y el enriquecimiento ilícito campan a sus anchas, y aunque su cultura prácticamente carece de una visión pecaminosa de la sexualidad, a los internautas les basta topar un titular con el término “qingfu” (querida, mantenida) para echarse las manos a la cabeza y pedir la del oficial pillado in fraganti sobre una bandeja.

Quizás más de uno esperó que el acceso a Internet en China supusiese la llegada de imparables oleadas contra los abusos de las autoridades políticas. Sin embargo, desde hace apenas un par de años, las denuncias que más temores han causado entre los representantes del partido no se han producido a través de mareas colectivas sobre cuestiones generales, como las relativas a los derechos y la democracia (todas ellas meticulosamente impedidas por los censores). Al contrario, dichas denuncias han sido presentadas directamente al público por obra de individuos armados sólo con alguna foto o vídeo de contenido tan específico como comprometedor.

Así lo demuestra los estudios, más o menos serios, llevados a cabo por diversos periódicos y medios online, aunque sus cifras no coincidan demasiado.

En octubre de 2013, el periódico Nanfang Dushibao, de Shenzhen, indicó que en el 26,9% de estos chivatazos se realizaban por parte de empresarios, mientras que el 23% provenían de los medios de comunicación, otro 23,1% llegaban a través de colegas y subordinados, y un 15% por medio de las propias amantes. (Sólo un 11% se las denuncias llegaron a través de internautas anónimos).

Sin embargo, según un estudio realizado por el Jinghua Shibao, de Pekín, hasta un 48,7% de las denuncias procederían de las amantes secretas, perfil social que está llegando a cotas muy significativas dentro del imaginario popular.

Y es que, en China, los oficiales descubiertos manteniendo una relación extra-matrimonial suelen ser castigados con la pérdida del cargo, e incluso con la expulsión del partido, aunque eso no parece ser óbice para que muchos de ellos estén dispuestos a echar una cana al aire.

De hecho, tal y como han mostrado clásicos del cine sobre la época, como la célebre La linterna roja, hasta la caída del Imperio Chino, no era raro que los cargos administrativos del gobierno mantuviesen varias concubinas dentro de su residencia, costumbre que fue más o menos permitida entre las clases dominantes hasta la llegada de Mao al poder.

Sin embargo, con el auge de la economía y la superación del estilo “frugal” de los líderes políticos hasta los años 80, parece que la nueva élite de funcionarios se ha permitido volver a gozar de ese tipo de privilegios con cierta peste a patriarcado y feudalismo.

Y por lo que se ha desvelado de los últimos casos, parece que algunos de ellos han tratado de tener amantes y líos de faltas por todos los oficiales que no pudieron hacerlo en décadas previas.

El número uno indiscutible de los mujeriegos caraduras se lo lleva un oficial de Wenzhou, quien pasó más de 200 noches de hotel en compañía de sus mantenidas, ¡durante un sólo año!

El número dos iría para el señor Feng, ex-Director de la Comisión de Supervisión y Administración de los Activos Propiedad del Estado en Guangdong, vigilante de vigilantes que superó la friolera de 120 noches al año acompañado de algunas de sus subordinadas. Y aunque en este caso resulta todavía más grave, al igual que en el resto de los casos, está por determinar qué parte de la factura se pagó con dinero de los contribuyentes.

En tercer lugar, tenemos a otro oficial de una pequeña aldea cercana a Wenzhou, con más de 80 noches de hotel año junto con mujeres que no encajaban precisamente con la descripción de su mujer.

Dentro de otras categorías no menos sorprendentes, tenemos a Xu Qiyao, ex-Director General del Departamento de Construcción de la provincia de Jiangsu, a quien se relaciona con nada menos que 146 “queridas”, o al inquietante Li Qingpu, ex-Director General de la Oficina de Industria Textil de la provincia de Hainan, al que han pillado con 95 diarios en los que recoge sus experiencias sexuales, y 236 muestras de vello púbico.

Y para hacernos una idea del tipo de relaciones que se podían establecer entre los oficiales y sus amoríos ocultos, nada mejor que echar un vistazo al caso de Zeng Guohua, ex-Director General de la Oficina de Comunicación de Hainan, todo un romántico que llegó a prometer a cada una de sus 5 amantes que practicaría sexo ellas, por lo menos 3 veces a la semana, hasta que cumpliese 60 años.

Eso sí, luego a la hora de sentarse a hacer política (si es que no la hacen tumbados), ningún oficial duda de la necesidad de censurar todo contenido sexual o pornográfico en los medios, y a los estudiantes del instituto mejor que les prohíban tener novia, no vaya a ser que los súbditos empiecen a pensar en follar más y dejen de obedecer y producir.

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