Supongo que los que estéis familiarizados con la sociología ya habréis pillado el guiño a la célebre obra de Max Weber (arriba) en el título de esta entrada. Para los que no conozcáis la vida y proezas de este gigante de nuestra disciplina, comenzaré diciendo que, entre otros logros, marcó un antes y un después a la hora de desentrañar las causas culturales de la modernización.
Igual que Carlos Marx, Max Weber ofrecía una visión crítica de la sociedad y del poder, pero ambos diferían radicalmente en sus explicaciones de cuál fue el origen del capitalismo. Para Carlos Marx, la clave estaba en el materialismo histórico, es decir, en quiénes poseen los medios de producción y cómo explotan a sus semejantes. Desde ese punto de vista, la propia cultura y la religión son productos creados con el fin de justificar y reproducir el estado de cosas. Sin embargo, Max Weber estaba convencido de que la forma en que entendemos el mundo y sus penurias resulta vital para comprender por qué el capitalismo nació y se desarrolló más rápidamente bajo el amparo de ciertas religiones.
Weber dedicó toda una serie de ensayos a explicar las razones por las que el cristianismo protestante, especialmente el de la vertiente calvinista, contaba con los ingredientes necesarios para dar el empujón decisivo al sistema económico que lo cambiaría todo. Entre dichos ingredientes, algunos de los más determinantes eran la fe en la predestinación, la mayor racionalidad de su credo y la orientación ascética del trabajo. Pero, ¿qué demontre significa eso? Vamos por pasos.
Según Max Weber, los calvinistas tenían una forma religiosa de ver el mundo llena de tensiones. Para empezar, creían que dios ya había decidido quién iría al cielo y quién no. Pero, en teoría, no había forma de saber si uno iba a acabar en la zona VIP del más allá o en el antro de Satanás. Bueno, sí que había una forma “oficial” que saberlo, pero implicaba tener una fe inquebrantable en la posibilidad de salvarse, y ya sabemos que hasta el propio Jesús la perdió en algún que otro momento de bajón.
Sé que esto suena muy difícil de imaginar hoy en día, pero el tormento que sufrían los fieles ante semejante comedura de olla era tal, que los pastores comenzaron a recetar otro tipo de alivio para las retorcidas almas de su rebaño. Pero no penséis en guarradas, porque a los protestantes también se les conocía como puritanos, y la cosa no iba con ironía. De hecho, la recomendación de los pastores no fue otra que la de dedicarse a una vida ascética de trabajo. Es decir, entender el trabajo como una especie de ejercicio espiritual y dedicarle la vida sin pensar en sus frutos. (Desde el punto de vista marxista, el hecho de que los pastores recetasen una vida de trabajo sin placeres resultaría sospechosamente beneficiosa para las clases dominantes, pero esa es otra historia).
Por otra parte, Max Weber consideraba que, en general, el protestantismo era una versión más racional del cristianismo, ya que estaba más libre de la creencia en los milagros y se llevaba un poco mejor con los avances de la ciencia y la tecnología (con algunas excepciones como la de los Amish, por ejemplo). Es decir, en principio, los protestantes sufrían una mayor tensión de cara al más allá que los católicos o los ortodoxos, pero la imposibilidad de aliviar esa tensión con unos avemarías o unas velas al santo de turno hizo que floreciesen soluciones más “mundanas”.
¿Y qué tiene que ver esto con el capitalismo? Pues, de acuerdo con el bueno de Max Weber, todo esto se tradujo en que los calvinistas fuesen especialmente buenos a la hora de ahorrar e invertir cada vez mayores cantidades de dinero en sus negocios y hacerlo de forma racional, un requisito fundamental para dar lugar a lo que hoy en día conocemos como la Revolución Industrial.
Por supuesto, con el tiempo esta conducta fue perdiendo su componente ultramundano y se convirtió en una forma de vida orientada a los resultados en el más acá, pero el ideal de mantener la vocación al trabajo y buscar formas más eficientes de producción fue un rasgo muy característico de los protestantes que colonizarían Norteamérica. Entre los más famosos iconos del espíritu capitalista que germinó en los Estados Unidos, Max Weber destaca a figuras como Benjamin Franklin (arriba), también conocido como “el primer estadounidense” (The First American).
Veamos un fragmento de los escritos del propio Franklin que Max Weber utilizó para armar sus argumentos, y entenderéis a lo que me refiero. Del Almanaque del pobre Ricardo (1732):
“Un hombre puede, si no sabe ahorrar lo mismo que ganar, estar con la nariz pegada al trabajo toda su vida y morir sin un penique. ‘Una cocina opulenta crea una voluntad débil’, como dice el Pobre Ricardo y ‘Muchas haciendas gastaron su caudal porque las mujeres cambiaron por el té el huso y el dedal y los hombres por el ponche el hacha y el azadón’. ‘Si tuvieses riquezas’, dice en otro Almanaque, ‘procura ahorrar tanto como ganar’. Las Indias no enriquecieron a España porque sus salidas eran mayores que sus ingresos. Deja, pues, tus locos despilfarres y no tendrás motivos para quejarte de los malos tiempos, de los impuestos pesados ni de la carga de la familia; porque, como dice el Pobre Ricardo: ‘Las mujeres, el vino, el juego y la mentira hacen pequeña la riqueza y las necesidades infinitas’ “.
Pues bien, expresado en términos más actuales, esta ética del trabajo sería como una especie de Red Bull para el capitalismo, ya que quienes bebiesen de ella obtendrían un chute decisivo de amor al trabajo, frugalidad, ahorro y acceso a cantidad préstamos por parte de otras almas semejantes.
Vale, muy bien, ¿y qué pinta la zapatera china en todo esto?
Como bien sabréis quienes habéis leído mi barato y bonito libro, servidor llegó a China con la intención de completar una tesis sobre la relación entre sus valores éticos tradicionales y el desarrollo económico. Y aunque esto implicó muchas otras cosas, se podría decir que mi tarea consistía en detectar y analizar al equivalente chino de Benjamin Franklin. Para ello, invertí dos años de trabajo de campo husmeando en torno a universidades, empresas y proyectos de cooperación de grandes ciudades en desarrollo como Wuhan, Lanzhou o Changchun.
Sin embargo, ahora que lo pienso, la respuesta más rápida y contundente a este problema sociológico se encontraba muy cerca de mí, en la forma de mi honorable suegra, y no lo digo con sarcasmo. Wang Wanmei (ese es su nombre) es para mí la personificación de la ética de trabajo con características chinas que ha hecho posible parte del espectacular desarrollo económico iniciado allá por los 80.
Mi suegra nació en una familia campesina que apenas podía permitirse un plato de carne al año. Pero no penséis que esto es el comienzo de otro cuento de una persona hecha a sí misma. El padre de Wanmei consiguió un trabajo en una fábrica estatal de zapatos, en la que aprendió el arte de confeccionarlos, marcando una pequeña pero decisiva diferencia con respecto a las habilidades de sus vecinos. Además, mi suegra era la hermana más joven y es posible que las reformas económicas de Deng Xiaoping la pillaran en un momento decisivo de su endeble formación escolar.
A los 16 años dejó los estudios y comenzó a trabajar con su padre en casa. Para entonces (1981) las autoridades locales ya llevaban tiempo animando a los campesinos a emprender sus propios negocios, y mi suegra se las arregló para destacar como zapatera en la humilde población de Dangyang. De hecho, le puso tantas ganas y lo hizo tan bien que sus vecinos y diversos líderes la animaron a ser una representante política, cosa que consiguió cuando apenas tenía 18 años. Durante los 5 años en aquel pequeño cargo tuvo que participar en diversas reuniones, pero su recuerdo es que estaba allí principalmente como una especie de modelo para sus vecinos. Una vez más, nada de esto ocurre por puro esfuerzo individual, ni en China ni en ninguna parte del mundo.
Sin embargo, el momento decisivo para Wanmei llegó después de que naciese su hija y se divorciase. Es posible que Max Weber tuviese razón al asegurar que las religiones de salvación nunca fueron importantes en China, pero en este país hacer todo lo posible por la continuidad de la familia y su bienestar supone la principal forma de realizarse en lo personal y lo social. Y con ello en mente, mi mamá china se entregó a un estilo de vida regido por el trabajo duro y la frugalidad.
Esto se tradujo en costumbres como la de evitar todo gasto innecesario, hasta límites difíciles de imaginar para cualquier europeo. Incluso hoy en día, después de abrir varias tiendas de pequeño tamaño y después de haber ahorrado lo suficiente para llevar a su hija a la universidad y asegurarse un colchón para la jubilación, Wanmei no se permite un premio para sí misma más que en contados días de las celebraciones de Año Nuevo.
Aunque su casa no es precisamente pequeña, en ella no hay ni siquiera un frigorífico, porque normalmente no come en casa. Ahora bien, para ella comer fuera de casa no supone ir a un restaurante, sino comprar las mismas verduras que lleva comiendo décadas y cocinarlas en el hornillo que guarda en su tienda. Aunque se podría permitir un coche, va a todas partes en moto y nunca viaja a ninguna parte si no es para hacer negocios. Los pocos placeres que se permiten tienen lugar en contadas reuniones con sus proveedores, donde la costumbre obliga a comer o cenar opíparamente y con la ayuda de selectos licores y cigarros.
Cuando le preguntamos por qué no disfruta un poco más de la vida, nos dice que ella es feliz así y que lo hace todo por nosotros. De hecho, siempre nos ofrece su apoyo económico para comprar un coche o una vivienda, aunque también espera que llevemos una vida de esfuerzo y de ahorro. Es como si cada generación se tuviese que sacrificar con el fin de que la siguiente viva algo mejor, de modo que el resultado también es la acumulación de capital, pero no a título individual, sino familiar.
A fin de cuentas, ¿acaso la familia o el linaje no constituyen una forma de transcender al individuo? ¿Que tus descendientes te recuerden por lo que les diste no es un tipo de salvación? ¿Hacer lo necesario para que se te recuerde no implica grandes cantidades de tensión? A mí me parece que sí, y aunque a estas alturas la pregunta de si el capitalismo podía haberse originado en China resulta fútil, creo que la ética familiar china puede ser muy afín al espíritu capitalismo. O por lo menos lo es hasta que se consigue acceder a un buen puesto de funcionario, los más deseados desde tiempos inmemoriales por motivos de estabilidad.
Por supuesto, esto abre muchas otras cuestiones de interés. Para empezar, podríamos preguntarnos hasta qué punto ese espíritu capitalista de tipo familiar requiere de la batuta de un Estado industrializador para garantizar un ambiente económico propicio. A fin de cuentas, dicho espíritu llevaba muchos siglos existiendo en China y no acabó de florecer hasta que el gobierno chino llevó a cabo sus reformas en el ámbito de las empresas estatales, las que, a mi modo de ver, actuan como una especie de paraguas económico para la pequeña iniciativa. Por otra parte, no me queda nada claro que esta parte de la mentalidad china sea un producto del confucianismo a solas, como defienden muchos (quizás por influencia del modelo una religión-un sistema), o responde a otros elementos de la religión popular o del caprichoso sincretismo chino. Pero estos son temas para otras entradas.



Muy bonito el reportaje. El pueblo Chino es admirable, su cultura del trabajo es milenaria.
Me acuerdo de una burrada occidental muy repetida sobre los “zapatos chinos”.
Algunos empresarios son tan tontos, que se han olvidado de los famosos “zapatos de charol.”.
Dicen que ellos venden zapatos flexibles y de piel pura y que los “zapatos chinos” son de plástico y acrilicos que dañan la salud, etc.
Y son tan ciegos que no ven o recuerdan que los famosos “zapatos de charol” también eran “Made in Spain”, y su inocencia y avaricia les hace decir que ellos solos fabrican zapatos de piel pura.
En vez de decir que los “zapatos acrilicos” son para ponerselos una vez al día y con calcetines de algodón puro. Ellos dejan de fabricarlos, dejando que prácticamente todos “los acrilicos” los fabriquen los chinos y, en el futuro, prácticamente todos los de piel .
Y, lo que es peor, hasta insultan por ello.
Gracias, Aitor.
Entiendo que a ningún empresario le gusta que aparezcan competidores que producen más barato. Eso mismo les ocurrió a mi suegra y a su padre cuando se dieron cuenta de que su forma tradicional de hacer zapatos estaba en declive y que los productos procedentes de la provincia de Zhejiang eran más bonitos y más baratos. Entonces ellos pudieron haberse quejado y criticado a los trabajadores de las fábricas del este, pero sabían que esas eran las nuevas reglas del mercado y en lugar de refunfuñar decidieron comprarles sus productos para venderlos en el pueblo. Sé que esto mismo llevado a una escala internacional se traduce en la pérdida y deslocalización de muchísimos puestos de trabajo, pero me pregunto cuántas oportunidades se habrán perdido en países como España por no hacer negocios con los chinos. Y esto no es una pregunta retórica, me gustaría saberlo de verdad.
Al mimos tiempo, creo que en España, así como en otros países europeos, sigue dominando la idea de que los chinos solo hacen productos de mierda y que China es un país de trabajadores esclavizados y pobres. Yo entiendo que esto lo piensen personas mayores y sin muchos estudios ni mucho mundo, o gente que solo ha oído hablar de China en la tele, pero que lo piensen los jóvenes es un poco grave. Ahora mismo hay cantidad de estudiantes universitarios chinos en España deseando aprender cosas para ganarse la vida cuando vuelvan a China, y si nuestros estudiantes son un poco listos deberían arrimarse a ellos y encontrar formas de cooperar para sacarle una tajada al enorme mercado chino, vendiendo turismo, fútbol, medicina o lo que sea que les interese a los chinos.
Jabiertzo… Eres una persona amable y respetuosa.
Sobre los estudiantes chinos, pues suelo verlos mucho. En el comedor de la Escuela o Facultad de “Ingeniería” coincido con ellos.
Hay chicas y chicos y les amables y sonrientes en las relaciones con los demas compañeros españoles y de otros paises.
Son carreras duras y a algunos se les ve muy estudiosos y concentrados en los 2 últimos años de carrera. Hasta uno me dijo que se quería quedar en España…
Le dije que en China sería el jefe y que lo importante es estar solo en casa, un amigo que hizo turismo me dijo que había chinos por todas partes. Lo que le quería decir es que a la hora de la verdad a todos nos gusta estar solos, tumbarnos en un sofá, ver la tele, usar Internet con un Tablet, etc. Hay tiempo para todo.
Aunque lo anterior no se lo dije directamente, se lo di a entender. Hoy en día, como dice Steven Pinker en su libro la “Tabula Rasa”, la clave es descubrir nuestras necesidades, instintos básicos y necesidades para vivir. No hay que olvidar que la educación actual puede hacer, de forma directa o indirecta, que los olvidemos y nos olvidemos de ellos.
En fin que seguro que dada la sabiduria milenaria de China, sabrás entender y no sentirte enfado por mis dos chistes faviritos:
– ¡Este bocadillo que yo me estoy comiendo… No te lo comes tú.!
– ¡A los Chinos les pasa más… Porque son más.!
Ah.., Una cosa importantísima que te tengo que decir:
He visto a muchos hijos de emigrantes “sudamericanos” que nacieron en sus paises de origen y resulta que llevando viviendo en España prácticamente toda su vida, resulta que no tienen la “Nacionalidad Española” y resulta que sus padres tampoco, a pesar de llevar años y años trabajando en España.
Hay muchos casos de Jóvenes que habiendo llegado a España a los 2, 3, 4, … años de edad, a la hora de empezar a trabajar resulta que son extranjeros.
Te ruego que difundas esta situación entre las personas chinas, personas que son tan españolas como cualquiera. Que no olviden sus derechos y que realicen los trámites para tener doble nacionalidad Española y China.
Fuera complejos… Y si hay alguns duda… Steven Pinker lo explica muy bien.
Saludos.
La doble nacionalidad de donde sea y china no es posible por la sencilla razón de que China no la admite, es más, es considerada delictiva (salvo que uno renuncie expresamente a la nacionalidad china en el momento de adquirir la extranjera). Se hace una semiexcepción en el caso de hijos de pareja chino-extranjero, a los que se permite tener los dos pasaportes hasta alcanzar la mayoría de edad, momento en el cual deben elegir cuál quedarse.
¿Por qué pones “Carlos Marx” y no “Maximiliano Weber”? ¿No es un poco ridículo?
Max para los amigos 😉
La entrada es muy interesante e informativa (muchas gracias y enhorabuena) y da pie a muchas preguntas. Yo quizás puedo contribuir con mi propia aportación filosófica. Siempre he pensado que Max Weber se equivoca, pero no porque no tenga razón, sino porque no se pregunta aquello de “qué fue primero, el huevo o la gallina”. Me explico: yo (en una visión que sin duda satisfaría mucho más a Marx) creo que, en todo momento, existe la posibilidad de que se planteen múltiples hipótesis religiosas. Pero que ellas triunfen o no dependen de que encuentren predicamento entre la gente (o sea, unas condiciones sociológicas), o que sean apoyadas por unas élites dominantes a las que les favorece. No me resulta entonces extraño que, en la Edad Moderna, una burguesía incipiente que está deseando que el capitalismo sustituya al feudalismo como orden económico abrace las teorías protestantes y les proporciona todo el impulso posible, orientándola a una ética del trabajo que beneficia a sus intereses. De hecho, esa interacción entre autoridades seculares y eclesiásticas se atisba desde el inicio del protestantismo, en el que los príncipes alemanes (los mecenas de Lutero) le piden que arremeta contra las revueltas campesinas, y Lutero los trata como poco de endemoniados. Bajo este prisma, no es que la religión cree el modo de vida, sino que el modo de vida hace que escojas una religión que te va bien (o, en este caso, una élite dominante la escoge por ti porque les va bien a ellos).
Respecto al caso chino, sin duda tú dominas el tema mucho más que yo, pero lo que suelo oír por ahí es que los chinos siempre han tenido un bullente espíritu comercial y que lo extraño es que el comunismo lo apaciguara. En ese sentido, me figuro que, incluso durante la época del “comunismo clásico”, en China hubo mucho mercado negro subterráneo, y que ahora, auspiciado por el particular sistema económico que han adoptado las autoridades, el espíritu capitalista habrá vivido una fulgurante explosión. En cuanto a lo que comentas de la intervención del estado, yo me figuro que tanto con su apoyo como sin él, el espíritu emprendedor habría salido a la luz tan sólo con permitirlo; la diferencia, como tú dices, es que si tienes un apoyo estatal que te facilita hacer negocios, se pueden crear unas sinergias que originen un doble beneficio. Sin embargo, no quería yo meterme en un debate tan peliagudo, que ya veo por la red suficientes discusiones en las que intervienen personas que se proclaman liberales pero cuyos postulados son más propios del neoliberalismo.
Y entrando ya en un terreno más personal… Entiendo el punto de vista de tu suegra, y en parte se parece a la que mantiene una sección de la generación de nuestros padres y, en especial, de nuestros abuelos. Pero, a nivel particular, no me puedo figurar una vida así. Cada vez estoy más convencido de que la felicidad personal no se encuentra en la acumulación y en los réditos económicos, sino en poseer no mucho más que lo necesario para vivir y algún capricho de vez en cuando (no se trata de ser austero por obligación o autoimposición, sino porque de verdad, como un budista espontáneo, necesitas más bien poco), y en cambio dedicar un lo más abundante tiempo a libre a las actividades que te realicen, ya sea el voluntariado, el activismo, la literatura, el arte, o simplemente navegar por la red dedicándote a filosofar ;). Claro que esto choca radicalmente con la visión tradicional que nos han transmitido -y todavía más con la que tú nos dices que impera en China-, y en gran parte es porque ambas filosofías coinciden en el hecho de que tienes que legar un patrimonio a tus hijos. Una obligación, sin embargo, que está dejando de constituir un “debe” en la mentalidad de las jóvenes generaciones, que no se plantean (o lo ven casi un pecado) tener descendencia. Aunque, desde luego, eso sí que es un debate que daría que hablar XD…
Muchas gracias por un siempre sugerente blog y sus atractivas entradas. Un saludo.
Hola Emilio.
Si te soy sincero, a mí también me convence más la perspectiva crítica de Marx en cuestiones de dominación. Como bien dices, es probable que la doctrina protestante llegara donde llegó porque beneficiaba a determinadas élites, aunque yo no creo que todos los pastores estuviesen al servicio directo de dichas élites. Es decir, puede que en muchos casos no hubiese una alianza de intereses como tal, aunque la “afinidad” entre ambos sectores de la sociedad es difícil de negar. Ahora bien, creo que Max Weber acertó al señalar el papel que cumplieron diferentes elementos del calvinismo a la hora de dar un empujón al capitalismo, y creo que también dio en el clavo al señalar algunos de los rasgos por los que no acabó de florecer en China.
En cuanto a las razones que señalas sobre esta última, me parece que aciertas y coincides con Weber en espíritu comercial de los chinos y su visión positiva de la prosperidad. Sin embargo, por paradójico que suene, para Weber este rasgo suponía un obstáculo para la génesis del capitalismo, ya que era el resultado de una escasa tensión con el más allá y no permitía la aparición de una orientación ascética del trabajo. Es decir, según Weber, el capitalismo racional funciona sobre el trabajo realizado sin pensar en los frutos, y para eso hace falta una visión puritana o “negativa” del mundo y de la vida.
Además, al sociólogo alemán le parecía que los chinos de su época (finales y comienzos del siglo XX) todavía estaban demasiado preocupados por tratar de obtener un puesto de funcionarios en el Imperio y creía que todo esfuerzo empresarial iba encaminado a conseguir superar los exámenes, conseguir un buen puesto y vivir de las prebendas (lo que Weber asociaba al “capitalismo de rapiña”).
Ahora bien, pese a negar la posibilidad de que el capitalismo pudiese haber nacido en China, Weber pensaba que si los chinos lo adoptasen se desarrollaría todavía mejor que en Japón (fijaos qué ojo tenía el tío hace 100 años). Esto es un poco difícil de entender, pero creo que casa un poco con lo que ha pasado, aunque yo insisto en que el milagro chino tiene mucho más que ver con la batuta industrializadora del Estado.
En cuanto a mi suegra, yo también opino como tú, pero ella insiste en que es feliz así. De hecho, muchos a su alrededor la tienen como un modelo, porque se hace lo que se supone que todo buen padre o madre debe hacer, y estoy seguro de que sentirse tan aceptado por el entorno hace que se vea y se sienta muy a gusto consigo misma.
Puntos de vista muy interesantes…
Hay anécdotas graciosas que indican hasta que punto la avaricia y las condiciones que imponen los importadores y “marcas” a los fabricantes occidentales a los chinos y otros paises de oriente:
– Oiga, quiero unos zapatos, calcetines, ropa, etc. que sea lo más barata posible.
– Pues tenemos esto, esto y lo otro de algodón puro 100% y además…
– No eso, es caro. Quiero algo más barato.
– Pues para ropa interior, si usted quiere, tenemos una mezcla de “algodon reciclado” que vale menos y que se suele usar para jerséis. Y, también una mezcla de lana de abrigos que…
– Perfecto, perfecto. A ese precio sí. Ya lo tengo. “Algodón ecológico.” Ropa ecológica”… ¡Me voy a forrar.!
Sobre lo de Marx… Filósofo, economista, periodista, intelectual y militante comunista prusiano de origen judío.
No sé mucho… Aunque he leido que muchas de sus obras son extractos, leyes o dogmas copiados de algún sitio… En algún café de Paris o en otros sitios donde vivió la mayor parte de su vida… Y, como la mayoría de los “Bohemios” con estrecheces y con prisas en escribir lo que le mandaran para poder pagar la pensión y comer.
¿Alguíén sabe en profundidad la cronologia de la vida de este señor.?
Sobre Maximilian Carl Emil Weber, Alemán: 1864-1920. Sé lo que pone la Wikipedia:
Filósofo, economista, jurista, historiador, politólogo y sociólogo alemán, considerado uno de los fundadores del estudio moderno de la sociología y la administración pública, con un marcado sentido antipositivista.
(Por cierto, que la Wikipedia en inglés parece esta documentada y tiene más información.)
Sobre la doble nacionalidad o el pasaporte. Uno Chino y otro Español.
¿¡No es posible registrar y adquirir el derecho a la “nacionalidad española” sin que la “burocracia China” lo sepa.?
Sobre China.
Lo más fácil, sencillo y al mismo tiempo malicioso es decir que China no es una “democracia” o “no tiene democracia.
Es como decir a un padre o una madre con familia numerosa y pobre, que en su casa no hay democracia.
Sobre el disfrute de la vida…
– ¿Nunca os han dicho algo parecido a esto:?
– ¡ Con solo verte, me sobra y me basta.!
Gracias a todos las personas que comentan.
Gracias Jabiertzo.
PD.
Una gracia o chiste al estilo Chino:
– ¡ Contenedor que se va lleno, no vuelve vacio.!
Flipo contigo, Aitor. Eres una auténtica metralleta dialéctica 😆 Dime si tienes un blog, que me suscribo ya.
En primer lugar, muy bien ilustrada la relación empresarios-productores. Sobre Marx y Weber ya tal, que me estoy volviendo loco hablando de ellos aquí y en Menéame. Sobre el pasaporte español, sí, se podría obtener, pero como he dicho antes, si te pillan en China con dos igual te crujen. Por último, te animo a que nos regales por lo menos uno de tus chistes por cada comentario que hagas en el futuro.
¡Gracias a ti y a los demás por participar! 😀
Bueno, es que una cosa no quita la otra. Es totalmente compatible que haya miles o millones de chinos esclavizados en fábricas, y al mismo tiempo haya jóvenes universitarios chinos formándose en España. Del mismo modo, que hay chinos en España que explotan a sus propios familiares y a españoles que trabajan para ellos saltándose la legalidad laboral española. Es una realidad. En definitiva, el fin nunca justifica los medios. Que todos queremos mejorar en la vida, pero… no a cualquier precio.
Por lo demás interesante el artículo.
Jabiertzo… Tiene gracia la cosa…
Resulta que tu eres, sin intuirlo, el continuador y el protagonista en tu propio sitio de este artículo sobre “la zapatera” pero con otro nombre: La ética del blog “Historias de China” y el espíritu del capitalismo.
¿Por qué lo digo.?
Pues ha sido despues de preguntarme si tengo un blog, que no lo tengo ni lo tendré.
Tal vez sea por mi concepto de la libertad y, como he dicho, teniendo otros sitios y este tuyo que cumple lo que dices aquí sobre “La ética de la zapatera china y el espíritu del capitalismo”, no lo considero necesario.
Sobre China y el concepto de “la pureza de China y de sus ciudadanos”, es algo que me parece preocupante. Es un concepto propio de la época anterior al “Management” moderno, tal como lo describe Peter Drucker en su libro “The Essential Drucker” y en otros de sus libros.
Si te das cuenta… Se puede asociar y decir que “El Emperador” ha sido sustituido por “El Traje de China” un traje limpio, de pureza, de integridad, purismo, ortodoxia, etc. En pocas palabras el concepto de “Pragmatismo práctico”, empirismo y materialismo. Recordar el “Traje Mao.”
Concepto totalmente aceptable a la hora de vivir y dar de comer a una familia pobre y numerosa.
Y si imaginamos, pensamos y asociamos a China con una famimila numerosa, pues…
Y, refiriéndonos al título de este artículo, pues si comparamos nuestros estudios o “Curriculum” con el dado a las personas de las que se habla, podemos parecer simples hormigas, moleculas, átomos y seres yoctoscopicos, 10 elevado a -24.
Karls Marx… Filósofo, economista, periodista, intelectual y militante comunista prusiano de origen judío.
Maximilian Carl Emil Weber… Filósofo, economista, jurista, historiador, politólogo y sociólogo alemán, considerado uno de los fundadores del estudio moderno de la sociología y la administración pública, con un marcado sentido antipositivista.
Luego, después de pensar un poco, te das cuenta de que es o son más de lo mismo. De épocas anteriores al “Management moderno”. Y, la mayoría, miembros de la clase culta, privilegiada e intelectual de su tiempo.
Y, al final, podríamos descubrir que, tal vez, el ensalzamiento de estos autores esté relacionado con cierto adoctrinamiento y con el negocio editorial de la “La venta de libros en papel.” ¡El dinero es lo primero.!
Lo de: – ¡Contenedor que se va lleno, no vuelve vacio.!
Tiene su miga. Date cuenta de que no solo ocurre con la ropa, también ocurre con los demás materiales de fibra, poliester o plástico.
— Ocurre con la calidad de las camisas que llegan a ser el 100% poliéster, con la escusa de que son de “microfibra”, propia de los paños de cocina y otros utensilios de limpieza o accesorios que no entran en contacto con la piel humana. Para mi un 65% Fibra-Poliester y un 35% algodón natural, es un valor máximo aceptable.
— De los calcetines de “Lana”, personal y físicamente inaceptables para mí, pues no veas como “pinchan” las pelos de la lana cuando se ponen, lavan o se mezclan con otras prendas interiores de algodón.
— De los materiales plásticos… Pues creo que intentan copiar el “estilo alemán”, que las cosas de las empresas de Alemania y de todos los productos “Made in Alemania” duren 5 años. Todos ganan: Alemán ayuda a alemán y compra cosas alemanas.
Ya casi termindando… Creo que China tiene que estudiar en profundidad el tema para no llegar al error clásico e histórico:
– ¡Contenedor que se va lleno de “basura”, vuelve lleno de “basura”.!
– (Basura sale, basura entra.)
Alguna persona graciosa dirá que existe el negocio de las usadas o de “segunda mano” y que Africa es muy grande y un buen sitio de negocios para vender productos usados y de segunda mano… Ja… ja… Pero, pero… “El contendor vuelve vacio.”
En fin… Me gustan mucho los libros de No-Ficción. También algunas novelas, con la condición de que me hagan sentir el protagonista o me guien adecuadamente. Detesto es estilo Inglés propio de su mentalidad de Kings, Lords, y otras hierbas. Ellos se apiadan de nosotros y nos enseñan y se dignan a darnos algo de “doctrina” a su estilo… Esto debería ser, quitame alla esas pajas, y si…, etc. Algo típico de la educación estricta de Reyes y Nobles, luego de mayores haran lo que quieran, Puro adoctrinamiento servil cercano al castigo corporal y mental… ¡Puro masoquismo que sufren los demás.!
Algunos libros que te pueden interesar:
En Goodreads.com tienes montones de libros que te pueden dar ideas.
Hay algunos que son clásicos, muchos de ellos ampliación, mejora o actualización de otros antiguos y muy buenos escritos hace años:
– Peter Drucker — The essential Drucker (Imprescindible en Management y para los Koreanos.)
– Daniel Kahneman — Pensar rápido, pensar despacio. (Cientos de libros resumidos en 1.)
– Susan Cain — El poder de los introvertidos (Perfecto para los chinosmás, porque son más)
– Robert Greene — Las 48 Leyes del Poder (Ojo, dicen que el resumen de Wikipedia no vale para nada, hay que leer el libro original.)
– …
No creo que sea difcil encontrar muchos más en https://www.goodreads.com/
Yendo a “Business”, “Psychology”, y otros temas, se aprenden muchas cosas.
Y como hablamos de zapatos y de China… ¿Por qué no un chiste o cosa graciosa:?
¿ Son o no son correctas las siguientes dos frases.?
– ¡Un chino tiene una china en el zapato.!
– ¡Una china tiene un chino en el zapato.!
Jabiertzo… Cómo dice una canción…
¡ Sigue… sigue, no pares. Sigue… sigue, no pares.!
Leí este artículo y el “Sobre el confucianismo como religión de la era Axial (…)” y opino -quizá podría haberlo leído, si seguía buscando, en algún otro texto del blog- que para fortalecer la tesis de la familia como clave capitalista de China uno puede fijarse en sociedades que estuvieran vinculadas -aunque hoy geopolíticamente enfrentadas- como Corea del Sur y sus Chaebol y Japón con sus Zaibatsu. Clanes familiares que acumulan capital y terminan por convertirse en empresas enormes, por unos ascetismo y competencia feroces que llegan hasta al uso de triquiñuelas/corrupciones -no hablo de la suegra, que ha de ser alguien muy honorable, sino de casos como el escándalo actual del dueño de Samsung y el gobierno de Corea del Sur.
La idea de que el último elemento es irracional puede funcionar para casos como el de España, Brasil o Argentina, donde históricamente ha llevado a crisis sociales -salvo en el caso de la Generación del ’80 argentina. En estos otros países, junto con otros factores, el clan con sus grises parece haber funcionado como una suerte de creadora de oligopolios aceitados con el Estado en los estratos más altos y como semilla de PIMEs en los estratos menores de la economía.
Sin duda, la comparación con los casos de Japón y Corea del Sur podría resultar muy interesante para las investigaciones en este ámbito, aunque en China la relación entre grandes familias y Estado tiene sus particularidades. Durante la Revolución Cultural muchos linajes tradicionales tuvieron problemas, sobre todo los terratenientes, porque se les asoció con el feudalismo y las corrientes “antri-revolucionarias”. Sin embargo, una vez abandonada la revolución y tras empezar las reformas económicas, algunas de las familias más importantes del partido han aumentado notablemente su estatus político, económico y cultural, hasta el punto de que algunos hablan de una “nobleza roja”. Yo no sé si este término es adecuado, pero, con todo, me da la sensación de que en China persiste aquella vieja visión de la nación como una gran familia de familias, y del Estado como una figura paternal suprema.
*PyMEs
Se me olvidó recomendar un libro…
Y, antes de decirlo, resulta que me ha venido la idea de que a menos se sea profesor universitario o político; tendríamos que ver la utilidad real o imaginaria que puede reportarnos algunos autores y libros antiguos que fueron escritos hace años y años…
¿Hablar por hablar.? ¿Algo de que hablar.? ¿Tema de clase? ¿Venta de libros y ensayos.? ¿Demonizacion o fanatismo político.?
— Fluir (Flow) —
Una psicologia de la felicidad
— Mihaly Csikszentmihalyi —
Libro relacionado con el trabajo y la vida real. Ninguna relación con los escritores de café o intelectuales ricos cuyas ideas fueron y son llevadas a la práctica por Militares, políticos, dictadores, Terratenientes, ricos, banqueros, nobles, multinacionales, etc.
Hay otro interesante sobre el trabajo:
—Los fuera de serie —
— Malcolm Gladwell —
Ambos, y los anteriores, son fáciles de conseguir por Internet en formato .EPUB
Y hablando de Chinos, coreanos y japoneses…
Generalizando los rasgos físicos más comunes de ellos, tenemos:
CHINOS
Ojos grandes y rasgados con la punta hacia arriba.
Nariz plana.
Boca grande (especialmente el labio inferior).
Tonalidad de piel clara con tendencia amarillenta.
COREANOS
Nariz pequeña
Boca pequeña
Ojos muy pequeños, rasgados y con una pequeña curva hacia arriba.
JAPONESES
Ojos rasgados (sin curva)
Nariz puntiaguda
Los labios suelen ser delgados pero largos.
Su tono de piel suele ser más claro.
Saludos.
la historia de la señora me hace recordar a varias historias de mujeres acá en Perú, dos pueblos que tienen mucho en común al parecer.